Se considera maduro
a quien no cuestiona la necedad de las rutinas.
A quien no comete falta en los rituales.
A quien de memoria aprende
las frases ya sobadas, ya luídas,
ya tan manoseadas y relamidas.
De ideas apolilladas,
de doctrinas desteñidas,
de dogmas ofensivos,
de teorías y filosofadas,
por la ortodoxia misma
ya tan surcidas y remendadas...
Pobre hombre maduro,
condenado a arrastrar
las consabidas cadenas,
forzado a malvivir y pepenar
la parcelilla social y otras penas.
Pobre hombre maduro,
que repite hasta el cansancio
las obras de otros y las glorias ajenas.
Así, se considera maduro a quien no se atreve
a entonarle al mundo las cosas de sus adentros
y relega al olvido sus dones y sus talentos.
Y por el santo patrón ser así premiado,
con que, del pan nuestro de cada día,
le quede hoy, un trozo adentro.
Soy lo suficiente Madura para darme cuenta de que prefiero la inmadurez ♪
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire
Cualquier comentario -Incluido las caritas Felices- Serán bien recibidas por el autor de este blog.