Voy a hablar de un tema que probablemente le sude al 99,9% de la gente qe pase por el blog, Pero que a mi me indignó y hasta me hizo llorar (sip, hipersensibilidad extrema)
Luego de esta breve introducción, les cuento que hoy como -casi- todos los miércoles tuvimos reunión en el gimnasio -más conocido como gym- y habia una palomita inofensiva revoloteando arriba de nuestras cabecillas, que tratando de salir del gimnasio -más conocido como gym- chocaba una y otra vez contra el vidrio, cual mosca contra ventana.
Ustedes, inocentes lectores, pensaran que este hecho es bastante pelotudo, pero lo que hay de trasfondo es más pelotudo aún: los hombres. ¿Qué tendrán en común la palomita inofensiva que chocaba contra vidrio cual mosca contra ventana en el gimnasio -más conocido como gym- con los chicos pelotudos? Que los chicos pelotudos se reían de la inofensiva palomita que se estaba haciendo purecillo contra la ventana. Que simpatiquillos los chiquillos ¿No creen? Riendose de la criatura más inocente del universo cual espectaculo de circo.
Cobardes, Manga de Gilipollas, Guarros del Infierno, y otros términos que no repetiré, pasaron por mi mente irritada e iracuando en ese instante tan patético y digno de Homero Simpsom.
Ironicamente, aunque yo como muchos de los presentes que estabamos en el gimnasio -más conocido como gym- no escuchamos ni 1/8 de palabra de lo comentado por la directora, Estoy bastante segura que tocó el tema de la solidaridad humana y de ayudar al otro -Ooh que sorpresa- Y aquí va el quid de la cuestión, que me pone frenética, iracunda, irritada y términos semejantes no tan bonitos: ¿Cómo diantres podemos salvar a la humanidad si una sarta de retrasados mentales se ríen de como una palomita choca y choca con el vidrio sin encontrar la salida? ¿Cómo podemos llevar a cabo los actos más heroicos, si los salvajes simpatiquillos se creen astutos al reírse y ver morir a esa criaturita digna de mejores tratos que muchos de los hombres presentes? Porque de lo que estos hombres de las cavernas no se daban cuenta, es que ese acto que llevaban a cabo era c-o-b-a-r-d-e y daba cuenta de una negra realidad que todas las mujeres sabemos, pero no comentamos: los hombres son pelotudos.
Yo así, me hago lesviana.
O me convierto en Nadia Santos, y me cazó con una paloma.
Y así termina este relato digno de aprobación de Liza y Ned Flanders, Muchas gracias y comente mucho que cada comentario salvará una paloma, Únase a la causa.
Aaagus.
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